El lenguaje silencioso del cuerpo, fotografÃas de Edgar Medel
Viernes, 03 de Agosto de 2012
Julio de la Peña/Retina Magazine
Qué es la desnudez sino el lenguaje silencioso del cuerpo, evoca sueños y despertares, a veces es nostalgia y siempre deseo.
Quizá una tarde de verano la fantasÃa saldrá del obturador de la cámara fotográfica que como un guiño o como una cerradura cómplice te dejara atisbar y soñar con las pornostar.
Y de pronto las cosas confabulan para la siempre querida aparición de una mujer desnuda queriendo anteponer los tacones como un fetichista acto de magia. La lente y el obturador no tienen tiempo de pensar, solo actúan y captan siluetas o más bien miradas o piel.
Y entonces es cuando el sueño entra en el juego, cuando el sueño se mezcla con el juego, paraÃso lúdico donde la fantasÃa se hace realidad. Por qué soñar con una si se puede soñar con tres. Siempre es la atmósfera perfecta.
La cámara nos trae un diván que sostiene la más grata silueta o una habitación donde todo puede pasar. Allà está la lencerÃa y la mano del fotógrafo quiere ser tu mano y el suspiro ya es gemido y la cabellera se hace a un lado y entonces para qué es la boca sino para expresar deseos y para lamer los tacones y humedecer la espalda y saber a qué sabe el dedo y las yemas que se esconden en el rasurado paraÃso que se abre como un mar a veces lento y a veces embravecido y tu ya eres un galeón luchando contra todas las fuerzas de la naturaleza, avanzando en lÃnea recta y retrocediendo entre las crestas de agua y sal.
Y si la casa de fin de semana está sola y el corazón late entre la entrepierna puedes pedir un deseo a la noche que ya se acerca. Se escucha una respiración entrecortada y la aparición morena o rubia baja la tanga para que tu boca sacie su sed, para que tus manos acaricien las piernas largas, para que la mano aún húmeda de ella misma te busque entre tus piernas y acaricie de arriba a abajo y labios y lengua se amolden a la redondez y sin que se lo pidas ya está mojándote la más dura de las suavidades de tu piel y entonces sientes como si el universo te rodeara en medio de una lluvia.
Y como esta noche no hay cama, la mesa de billar, el diván, la playa, las habitaciones, todo te invita a que las respiraciones se junten y es entonces cuando ya nadie puede más y todo es movimiento y el mundo gira sobre su eje y la noche se hace más noche y los objetos quedan suspendidos en el aire y los relojes se detienen, el tiempo se detiene, y todo enloquece y solo dejas que el deseo se vuelva humedad y más humedad y la respiración poco a poco vuelve a su ritmo y la cámara fotográfica te guarda ese pedacito de fantasÃa en pixeles, en esta serie de pornostar que se amoldan a las pupilas con la misma naturalidad que el mar se deja atraer por la luna llena.