• Viernes, 29 de Junio de 2012

    La fotografía forma visualmente a través de la imagen

    Viernes, 29 de Junio de 2012
    Antonio Capurro/Retina Magazine

    Cuál es el impacto de la fotografía en la cultura visual contemporánea? ¿Cuándo es considerada arte la fotografía, solo cuando es tomada por un fotógrafo renombrado e importante? ¿O lo es cuando expresa algo, cuando nos transmite una sensación, cuando despierta sentimientos, cuando transgrede límites y emociones?

    La fotografía está allí mirándonos y quiere siempre decirnos algo, desea que participemos de su complicidad y que contemplemos cada uno de los elementos visuales contenidos en el encuadre.

    Hablar del impacto de la fotografía es aceptar que este arte ha tenido y tiene un potencial poder de significación en la sociedad moderna.

    Y allí están para decirlo ese enorme e infinito conjunto de fotografías tomadas desde los inicios de la historia fotográfica.
    Referirse a el término fotografía y hallar un significado que se ajuste a las expectativas que socialmente despierta, culturalmente levanta y, hoy en día, económicamente asume, es hablar de un concepto que, no solamente absorbe los sentidos, la orientación y la manera de interpretar la realidad de las personas y las cosas, sino que se impregna, asume y hace suyos todos los elementos que integran la sociedad.

    Por eso decimos que la fotografía nos enternece, nos provoca, nos enamora, nos erotiza, nos enamora, nos escandaliza o nos aterra y podría enumerar una interminable lista de sensaciones.

    Entonces observamos que la fotografía está por todos lados, en el quiosco de la esquina, en nuestros cuadernos, en nuestra casa, en el paradero, en los buses, en cada lado adonde vamos. No en vano se dice que una imagen vale más que mil palabras y que una imagen vende.

    Pero ¿qué imagen estamos proyectando nosotros? ¿qué estamos comunicando a los demás? Porque ese será nuestro papel como comunicadores sociales y tal vez como fotógrafos si es que decidimos serlo.

    Haciendo un poco de historia hallaremos que en un primer momento durante la Edad Media y el Renacimiento, la imagen mantenía importantes vínculos con el progreso mediante la creación de obras religiosas y profanas que servían de culto y admiración a los individuos para pasar, en un segundo instante, a los elogios de fervor y adoración social merced al predominio que la imagen fue tomando gracias al hallazgo de técnicas tan modernas como la fotografía, el cine, la televisión, la informática o más recientemente el apasionante y controvertido mundo de la realidad virtual.

    Se inventó antes que el cine y la televisión y es parte de nuestra vida cotidiana. Allí está para informar, para distraer, para comunicar, para significar algo. Nuestra sociedad globalizada a la que Marshal Mc Luhan denominó “aldea global” es un sociedad dominada por el elemento visual y allí están para comprobarlo todas esas creaciones fotográficas que han perennizado arte y documento, que han despertado pasiones quedando registradas para la posteridad. He allí el valor de la fotografía como base de la comunicación visual contemporánea.

    La imagen organiza los destinos, hace y deshace los poderes, extiende hasta el infinito las fronteras de lo imaginario y, como colofón añade el autor, amalgama la realidad, la ficción y la virtualidad.

    Desde los cincuenta a setenta canales por cable, la interactividad a través de la imagen virtual o real elaborada mediante arborescencias informáticas y transmitida por cable o satélite la imagen, desde la esfera del trabajo a la de la educación, del terreno del tiempo libre al de la salud, de la juventud a la edad adulta, desarrolla la narrativa audiovisual y acompaña en todas las etapas de la vida.

    ¿Sabemos leer las imágenes? ¿Somos conscientes de la importancia creciente de estas como transmisoras de la información? ¿El no saber interpretarlas puede considerarse analfabetismo visual? Georges Balandier analiza la incidencia que la narrativa audiovisual despliega en la sociedad contemporánea y dice que ésta se ha convertido en un gran escenario, en una especie de panóptico, en todo tiende a ser visto y todos a convertirse en mirones. Y esto parece ser cierto.

    Vivimos en una cultura visual que maneja sus propios códigos y signos para darnos a entender un mensaje y allí está la fotografía que ha llegado a ocupar un papel relevante en la sociedad del conocimiento. Hablamos de estar alfabetizados visualmente a través de la imagen.