• Martes, 23 de Abril de 2013

    En el Universo de la macrofotografía

    Martes, 23 de Abril de 2013
    Retina Magazine/ Mario Pérez

    Los insectos constituyen un buen sujeto de fotografía. Ofrecen unas composiciones espectaculares de forma natural.

    Tanto sus atractivas combinaciones de color con que les ha dotado la naturaleza como su complexión y forma física digna de una película de ciencia-ficción convierten los insectos en uno de los mejores sujetos que un fotógrafo puede retratar.

    Fotografiar insectos es interesante, también, en el sentido de que nos convierte en una especie de exploradores en busca de pequeñas expresiones de la belleza de esta Madre Naturaleza.

    La sensación de volver de una expedición fotográfica y poderle enseñar al mundo la pinta, la cara, los ojos y “la armadura” de una criatura que pocos han visto, es extremadamente gratificante.

    No tienen que ser especies raras o en vías de extinción, ni insectos que nadie haya visto antes. Basta con conseguir un buen retrato de una mariquita o una hormiga trabajadora en plena faena. Cualquier insecto o ser diminuto es susceptible de despertar el interés del espectador.

    Si te estás tomando lo de la fotografía Macro en serio, un accesorio que sí te recomendaría es el flash. Existe un tipo de flash especialmente concebido para fotografía de insectos, llamado el flash anular o circular.

    Es un flash justamente en forma circular, se suele colocar cerca del objetivo, normalmente rodeándolo, para así cubrir de luz la totalidad del cuerpo del insecto de manera uniforme.


    El beneficio principal que te permite un flash de este tipo, aparte de que el diminuto sujeto salga bien iluminado, es que te da libertad absoluta para jugar con la velocidad de disparo a tu antojo. Puedes utilizar una velocidad de disparo elevada sin miedo a que la foto te salga subexpuesta. Recuerda que disparar a velocidades relativamente elevadas ayuda a evitar caer en una foto borrosa.

    Pasos a seguir para obtener imagenes adecuadas de insectos.
    Dispara desde su misma altura: No dispares tus fotos de insectos desde arriba, tipo vista de helicóptero. Obtendrás una fotografía mucho más viva y real si disparas desde la misma altura del insecto.

    Además, recuerda que estás haciendo del pequeño insecto un protagonista, así que haz que se note su protagonismo, fotografíalo desde su misma altura.

    Destaca sus elementos interesantes: Piensa en qué elementos, partes de su cuerpo o aspectos de su actividad le hacen al insecto interesante e intenta resaltarlos a través de la composición. Si es una mariposa intenta destacar su delgada trompa mientras se alimenta de las flores. Si es una hormiga, captúrala en una pose de trabajo y actividad, empujando un granito tal vez o transportando comida.

    Es como ir de pesca. Hay que ser paciente: La fotografía de insectos pone a prueba al más paciente de los hombres. Si vas a salir de excursión tienes que ir mentalizado. Habrá días en que tengas suerte y puedas retratar a muchos insectos, y otros en que vuelvas a casa con muy pocas fotos o incluso ninguna.
    Estos bichos son muy imprevisibles.

    A ratos y dependiendo del insecto, éste te parecerá muy colaborativo y se dejará fotografiar. Otros días no tendrás tanta suerte y andarás corriendo detrás de cada insecto sin conseguir una sola foto decente. Por no hablar del momento “Qué bien, ya estoy en casa, me pego una ducha y a disfrutar de mis fotos en el ordenador” para llevarte después auténticos chascos.

    En fotografía de insectos es muy típico volver a casa con 200 fotos y acabar guardando sólo 4 y borrando el resto por falta de calidad, fotos borrosas, subexpuestas, movidas, desenfocadas, etc.


    Sé paciente.
    Generalmente y salvo raras excepciones, la primavera-verano es la época ideal para fotografiar este tipo de seres vivos. Se recomienda salir temprano por la mañana o ya hacia el atardecer/anochecer ya que son momentos en los que la luz del día es todavía suave, lo cual beneficiará enormemente tu foto.

    Por otro lado, por la mañana temprano los insectos son menos activos y tienen menos predisposición a huir, aprovecha ese momento ya que en cuanto empiezan a calentarse con los primeros rayos de sol se llenan de alegría y ya no hay quien los pille.

    Todos los preparativos y todo el esfuerzo que has invertido se pueden ir al traste si te equivocas en los ajustes de la cámara. Esto es como todo, conviene ir probando, experimentando, y aprendiendo sobre la marcha, cada día, cada situación y cada tipo de luz requerirá unos ajustes ligeramente diferentes.
    Aun así me gustaría darte una recomendación de ajustes más o menos “genéricos” que te servirán como punto de partida. Luego tú vas modificando a tu gusto.
En principio conviene disparar en modo Manual (M) o a lo sumo Semimanual con Prioridad de Apertura (Modo A en las cámaras Nikon, Av en Canon y otras marcas).


    Si vas a emplear un objetivo Macro se recomienda tirar entre f/11 y f/16. Con otros objetivos no Macro la elección de la apertura es ya un tema más libre de cada uno, si quieres un enfoque general tiras con aperturas más pequeñas (valor f/ elevado), y si quieres conseguir un enfoque nítido únicamente en parte del cuerpo del insecto (ojos por ejemplo) utilizas una apertura más grande (valor f/ pequeño).


    La velocidad de disparo va a depender de las condiciones de luz. Si haces la foto por la mañana temprano o por la tarde necesitarás forzosamente disparar a velocidades elevadas, a partir de 1/400 como mínimo. Si es al mediodía yo bajaría a 1/100 como punto de partida.


    Obviamente ten el valor ISO al mínimo posible, a menos que necesites más luz en cuyo caso súbelo pero ligeramente.