Cámara lúcida. Archivo José Luis Neyra
Sábado, 08 de Junio de 2019
Omar López Monroy / Retina Magazine
Este año el maestro José Luis Neyra Torres cumple 89 años de vida, en la que gran parte de ese tiempo los ha dedicado a educar el ojo, a buscar aquella imagen capaz de contener un pequeño mundo en sí misma; ello se advierte de inmediato al ver este portafolio con material inédito del maestro.
El hilo conductor de la serie son las niñas y niños, que de una u otra forma se convierten en los personajes de estas fotografías, pero tal es la gracia de las mismas que rebasan el aspecto documental del arte fotográfico al sugerir distintas narrativas visuales para el tratamiento de la infancia como temática.; de esta forma Retina Magazine rinde un merecido homenaje a este hombre cuya vida y pasión fotográfica es parte de la historia de la fotografía mexicana.
Neyra Torres nació en la Ciudad de México en 1930, y ha radicado toda suvida en ella; ha recorrido y fotografiado gran parte del territorio nacional, a la par que ha viajado fuera del país.
Muchas de sus imágenes tienen esa gracia del encuentro inesperado, aquel instante decisivo (dixit Cartier Bresson) en que el fotógrafo debe salir bien librado y no dejar que la imagen lo sobrepase.
En sus imágenes las generaciones precedentes hemos abrevado, y aprendido a reflexionar porque lo suyo es crear metáforas visuales sobre el que hacer fotográfico. Su ingresó en 1963 al Club Fotográfico de México (CFM, 1949) marca el inicio formal de su carrera fotográfica pues siempre ha sido un entusiasta autodidacta.
Junto con otros cuatro miembros de dicho Club fundó en 1968 el Grupo 35: 6 x 6; cuyo logro más importante sería exponer en una la galería en Nueva York. Este y otros colectivos fotográficos fueron la vanguardia precedente al hito llamado Consejo Mexicano de Fotografía (CMF) del cual fue fundador en 1977, y su presidente entre 1985 y 1990.
José Luis participó en la organización del I Coloquio Latinoamericano de Fotografía y creación de la Casa de la Fotografía, sede hasta 1989 del CMF, en 1978 y 1980 respectivamente, ambos eventos fundacionales para la historia de la fotografía reciente, impulsados por el consejo.
En esta breve pero concisa serie se advierte la búsqueda incesante de Neyra Torres por la conjunción perfecta del trinomio luz-espacio-tiempo, que permea cada una de sus imágenes.
Armado de su cámara se vuelve parte de la escenaque atrapa, está ahí para invitar a que la acción suceda. Sus obras están emparentadas con las de Lázaro Blanco (1938-2011), uno de los mejores fotógrafos mexicanos de la segunda mitad del siglo pasado, a quien José Luis consideraba su hermano en fotografía.
La necesidad por alcanzar la perfección desde la toma hasta el montaje es una característica en ambos autores. Estas obras ahora presentadas fueron realizadas y procesadas en su cuarto oscuro por el propio José Luis.
Aunque ha presentado su trabajo de manera individual y en muestras colectivas desde 1971, tanto en México como en países de América y Europa el Archivo José Luis Neyra aún guarda muchas imágenes deslumbrantes. De manera individual ha expuesto en Casa del Lago, Museo de Arte Carrillo Gil, Museo Archivo de la Fotografía, Museo del Palacio de Bellas Artes, y en los Estados Unidos en Contemporary Meridian House International (Washington, DC.) y la Nexus Gallery (Atlanta).
Su trayectoria le ha valido reconocimientos como una mención en el Salón Nuevos Valores del INBA en 1976; el Premio del jurado de selección y del jurado popular en el Primer Concurso Internacional de Fotografía El niño y la estructura, en Caracas, Venezuela, en 1979; el Premio en la Primera Bienal de Fotografía del INBA en 1980; y en 2016 le fue otorgada la "Medalla al Mérito Fotográfico" a través del Sistema Nacional de Fototecas del INAH. La obra de Neyra ha aparecido en diversos diarios, revistas y libros como Photography Year Book (1971), El paisaje de México (1972), La fotografía en México y la Bienal de Gráfica 1977 (1981) y 160 años de la Fotografía en México (2004), entre otros.
Al paso del tiempo (1987), forma parte de la célebre colección Río de Luz, editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE), es la única publicación que recoge su obra de fotográfica. Buena falta le hace a la fotografía mexicana un libro de gran calado de la obra de este gran autor, y las piezas que acompañan este texto dan cuenta de ello.
Con la llegada de Vicente Guijosa al Museo Archivo de la Fotografía en 2012, amigo y compañero de Neyra en el extinto CMF, José Luis retoma su vida fotográfica, presentando en este reciento Metáforas, una suerte de retrospectiva y homenaje a su trayectoria.
En 2017 presentó la muestra Luz de la Tierra en la Galería Nacho López de la Fototeca de Pachuca; la cual un año después, gracias al apoyo de Stefania Pisano, fotógrafa, y en ese momento estudiante de arte patrimonio cultural en la Universidad Autonoma de la Ciudad de México, mostró en el Centro Cultural Casa Talavera, recinto de dicha universidad.
A partir del trabajo realizado recientemente y con la colaboración de Pisano, José Luis Neyra está concursando para la gestión de un apoyo gubernamental a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, para digitalizar, clasificar y catalogar su vasto archivo que incluyen negativos y diapositivas de celulosa e impresiones de época.
Agradecemos al Maestro Neyra sus imágenes.