• Lunes, 16 de Mayo de 2011

    Lázaro Blanco, Sobre el formato de 35 mm

    Lunes, 16 de Mayo de 2011
    Lázaro Blanco

    Cuando Oscar Barnack tuvo la feliz ocurrencia de crear un dispositivo que le permitiera efectuar su trabajo, que consistía en mantener el control de calidad y la sensibilidad en la producción de películas de 35mm para uso cinematográfico, sin que fuera tan tedioso hacerlo, nunca imaginó, el impacto que tal dispositivo tendría para el oficio de hacer imágenes fotográficas fijas.

    En el manual de la Leica, publicado en 1935, un poco más de diez años después de su aparición ya como una cámara, producto de una ingeniería de precisión, Manuel Komroff recomienda al usuario todo lo que se puede fotografiar con ella, incluyendo cosas como: “Usted puede capturar las actitudes diversas, no posadas, de la gente en una sala de espera del ferrocarril, o las actitudes del empleado de la ventanilla de información, explicando detalladamente alguna ruta a un cliente. El teatro, club nocturno o reuniones públicas, escenas callejeras y en donde sea que la gente se encuentre, ofrecerán imágenes que el usuario de la Leica podrá tomar. Tales fotografías cuentan su propia historia, y muestran un momento en que el fotógrafo debió de haber usado una cámara miniatura y debió haber actuado rápido para lograr la exposición.”

    Estas ideas y aquéllas de Laszlò Moholy-Nagy expuestas durante su permanencia en la Bauhaus y luego en su libro Vision in Motion publicado en 1946, mientras se encontraba en el Art Institute de Chicago, marcan desde entonces, una notable diferencia en la manera de hacer imágenes fotográficas.

    Moholy-Nagy se refiere a lo que llama Nueva Fotografía, como aquella en la que debe de haber un número enorme de posibilidades, que permite la versatilidad que ofrece la cámara pequeña. Exhorta a todo aquél que use una cámara fotográfica a que se permita la libertad de la exploración y no se constriña a sólo ver de frente a través de su visor. Alienta el uso de perspectivas diversas como pueden ser desde abajo, por arriba, laterales, etc. Y considera que la cámara de formato pequeño ofrece las mayores ventajas para hacer imágenes significativamente distintas, cuando se la libera de las ataduras de los soportes necesarios para las cámaras de mayor formato. Quien bien entiende el concepto básico de la dinámica de la imagen hecha con el formato de 35mm, no intentará ya siquiera, colocarla sobre un tripié.

    El conjunto de una obra como la del fotógrafo húngaro Andrè Kertesz, pionero en el uso de la Leica, y quien mejor comprendió su significado, podría ilustrar al fotógrafo en ciernes sobre las posibilidades que ofrece este formato de hacer imágenes que no sólo resulten reportes visuales o documentos.

    Sin temor a equivocarme con un conclusión falsa sobre lo anterior, puedo decir que luego de una larga consideración, encontré coincidencias entre mi trabajo realizado hasta entonces y las ideas expresadas, pues estos textos llegaron a mis manos cuando ya tenía algunos años trabajando. También debo agregar que, “Alegría de vivir”, la imagen de los niños brincando en el agua, fue la que marcó mi tendencia en el uso del formato de 35 mm.

    Texto de la última exposición Temporarios del Maestro Lázaro Blanco, realizada en el Centro de la Imagen de la Ciudad de México, 2010.